El Doctor Guillermo Díaz Agras mostró la pasada tarde la Estación Biológica Marina de la Graña perteneciente a la Universidad de Santiago de Compostela a este medio. Los fondos de la misma provienen de la propia universidad, pero es un organismo independiente que obtiene dinero de investigaciones para empresas particulares, becas de otras facultades o incluso biólogos de otros países que vienen a realizar sus estudios.
La estación se ubica en dos edificios, el primero es propiedad de la marina, La casa del hórreo, aunque está cedido durante 90 años a un alquiler muy bajo. En el mismo se ubica el personal propio de la estación, dos biólogos, una bióloga, cinco becarios, el jefe de estación, la subdirectora y el director que es un catedrático que vive en Santiago y que de vez en cuando se aproxima hasta allí. Vamos a ver con calma este edificio donde se ejerce la parte administrativa y los campos de investigación propiamente dicho.
La casa de piedra restaurada tiene en su sótano tubos conectados al mar que van desde el medio de la ría hasta la casa para extraer agua, una vez allí, pasan por dos piscinas de quince metros cúbicos donde las arenas y los sedimentos reposan en el fondo. Estos tanques pasan a dos bombas con dos motores que extraen las arenas y suben el agua al resto del edificio. Todavía queda restos orgánicos, pero lo cierto es que una bomba es la que siempre está operativa.
Una planta más arriba están los equipos de buceo, la carpintería donde hay un hombre de mantenimiento de toda la estación y sus barcos, además de otros materiales para la extracción de muestras.
Preguntando a Guillermo me comentaba que haría falta un mecánico más, dado que los fondos de la estación no son suficientes, no tanto para las instalaciones, sino para material y personal. Además llegados a este punto explicaba el motivo de porque la ría de Ferrol está considerada por la Xunta como zona C.
La ría sufre por culpa de la fundición de Narón, los astilleros y la actividad del puerto desde hace muchos años, una contaminación de metales pesados como el plomo, hierro… que han degradado la fauna biológica, llegando a niveles que hacen que sus pescados y mariscos no sean del todo aptos para su consumo. Esta contaminación produce capas de sedimentos en el fondo que tardan muchos años en desaparecer.
Gracias a que los Astilleros han invertido mucho dinero en mejorar los impactos medioambientales, actualmente esta contaminación se ha visto frenada en parte, y lo que ocurre es que nuevas capas más limpias han hecho que las más contaminadas sean más profundas, por lo que citada contaminación sea menor. Por ejemplo, la planta de Reganosa no contamina, el motivo es que el gas llega líquido en los barcos, para convertirlo a estado gaseoso cogen agua de mar que está más caliente y vuelve a salir la misma con cinco grados más. Al ser aguas no tropicales, la fauna no se ve afectada por este cambio.
El otro problema es la contaminación orgánica, que son los vertidos de las viviendas al mar. Aun no está lista la depuradora al otro lado del puerto exterior de Ferrol, una vez que esté operativa la recuperación se estima en seis años.
Resumiendo, no se puede dragar porque sino se vuelve a levantar los metales pesados, y por otra parte el consumo excesivo de estos productos sin depurar, dado que una vez hecho esto estarán limpios, pueden originar parkinson, problemas en el hígado...
Cada cofradía tiene un biólogo, aunque son dos de la Xunta los que mandan las muestras a Santiago y deciden cuando son aptas y cuando no. Ahora se dice que la cosa está mejorando comparado con hace diez años.
La siguiente sala es el clasificado de las muestras extraídas, por lo menos la primera y en ella hay depósitos de expediciones que aún no han sido clasificados.
Subimos el peldaño y ya nos encontramos la primera sala y más grande de investigación, además del despacho principal y la oficina de archivos. Les falta una becaria administrativa que hace un año que no se puede ocupar el puesto pero bueno, ellos se encargan.
Seguimos subiendo y llegamos a la otra sala de investigación donde los microscopios son de mejor calidad y conectados a un ordenador para digitalizar la imagen, contigua a una cámara donde se controla la temperatura, la humedad… para realizar los experimentos. Actualmente estaban criando plancton.
Llegados a este punto la bióloga tan amablemente comentaba que ella necesitaba esos microscopios para sus investigaciones y Guillermo detallaba lo de los dos o tres microscopios electrónicos que estaban en Santiago, no allí por su elevado coste. Sobre 100.000 €, sofisticados y capaces de realizar microfotografía.
Para finalizar este edificio de 400 metros cuadrados tiene una biblioteca donde se encuentran muchas revistas científicas en inglés, muy bien clasificadas, aunque ya se dejaba entre líneas aquello de un book electrónico. Es una de las salas favoritas del Director.
La casa de la estrella si es un edificio propio de la universidad. Ubicado frente a la casa del hórreo tiene una superficie de 500 metros cuadrados, una primera sala de prácticas para los alumnos con 24 microscopios en armarios correderos de metal, mientras el profesor los dirige a través de dos televisores y un micro con cámara de marca JVC. Otra de los aparejos es el convertidor de agua que mostrábamos en la fotografía, además de un fileteador de moluscos.
La casa tuvo que ser completamente reconstruída y mientras nos acompañaba la señora de la limpieza, accedimos a la segunda y tercera planta. Llegamos a los dos dormitorios con camas, la sala de estar de los alumnos donde comen y se recrean con música… se conocen un poco más, digamos, y arriba las habitaciones de dobles literas que ellos deciden si compartir con el otro sexo, ¡Ya son mayores!.
Finalmente la sala de conferencias donde se imparten las clases teóricas y donde estuvieron los de historia en anteriores ocasiones, dado que los precios son los de una universidad, es decir, económicos.
No hay que olvidarse que existe una sala donde se guardan las muestras unos años por temas legales.
Espero que si alguna vez acudan a ella, se os explique como afecta la falta de oxígeno en el agua por culpa de la obstrucción de las corrientes por el nuevo puerto exterior y el muelle carbonero.
Y aquí acaba nuestro recorrido por esta estación....
El barco más grande que poseen fue construido en el astillero de la Graña cuando aún estaba en funcionamiento hace diez años. Este buque lo utilizan para llevar a los alumnos, aunque sólo dos personas en la estación pueden hacerlo y es el que se utiliza para la obtención de muestras. A mayores cuentan con dos lanchas que utilizan para los equipos de buceo... bueno una de ellas está varada porque tienen el motor fuera de uso. Tal vez algún día de estos la reparen allí.
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