El vertedero en el monte Marraxón no alberga la chatarra vertida en el Campo del Arca en Fene a 187 metros de altura. El motivo de acercarnos esta tarde al cementerio municipal de Fene situado en el Km 2 de la DP-3503, no era otro que visitar las mamoas destruídas tras la construcción de dicho cementerio según nos relata el cuaderno número 2 del ayuntamiento de Fene con fecha de impresión de 1985 en Pontedeume, perteneciente a la colección privada de Aguirrebengoa Mariñas donde se describe las piezas de F. Vizoso con restos paleolíticos y mesolíticos.

   Efectivamente el ayuntamiento ha querido falsificar dicha mamoa situada a la izquierda de la entrada por la zona de Santiago de Barallobre, sin embargo la parte derecha y la de atrás, Romariz de Barallobre, por donde existe una ruta de senderismo y una pista para trial y bicicletas, al final entre dos escombreras y un depósito de agua que parece abandonado, encontraremos un Menhir con fósiles marinos.

   Así que este Menhir del Campo del Arca de más de tres metros y medio de largo de la época que comprende entre finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce no es más que una confirmación de un lugar sagrado y culto al igual que sucede en la bretaña francesa, Irlanda, Alemania hasta Noruega.

   Son piedras alargadas colocadas en vertical y talladas de una forma fálica, también llamadas vulgarmente piedras alargadas. Son otro tipo de construcciones funerarias y en realidad cumple la función de lápidas, la misma que transportaba Obélix del comic galo de René Goscinny y Albert Uderzo.


   En esa parte derecha donde se ubicaba una antigua cantera actualmente allanada, antes del cementerio y a escasos metros encontraremos restos castreños en un foso cubierto de eucaliptos cortados, calchones y sillones viejos llamado Pena do Castro.

   En dicho foso existe una vivienda cuadrangular que nos supone la presencia de un castro, sin embargo la peña de pizarra que nos ubica su anterior presencia en los fondos marinos, al igual que las mamoas destruídas un poco más adelante a mano derecha, los cuarzos cristalizados propios de riachuelos y las bajadas de agua, nos hace ver una inexcusable parada en la fuente de dos caños frente al lavadero, ubicado en el tramo derecho asfaltado del anterior cementerio por la misma carretera, contiguo al instituto de Formación Profesional.