Un paseo a estas alturas del año donde la noche acecha cada vez de forma más prematura y la luz se torna azul, nos hace encontrar hallazgos acogedores por el entorno de las orillas de la desembocadura del Río Juvia.
Los patos o Ánades son las aves más frecuentes dentro de la familia de los Anátidas donde se encuentran 150 especies, aves migratorias que anda de un lado para otro pero siempre cerca del agua.
Esta tarde se pudo observar entro otros esta especie frecuente en los estanques artificiales de los humanos, sin embargo, en estado salvaje no son tan mansos y los comportamientos alimentarios son diferentes, más naturales, además el uso de su sonido nasal para espantar a sus enemigos es más grave. La altura no supera el medio metro y son polígamos.
Los de la fotografía son Anatinae o patos de río que se encuentran actualmente protegidos, por lo que las batidas de caza están prohibidas salvo excepciones. A tal punto hemos llegado que los Moa-nalos no lo vamos a tener más entre nosotros.
Terminando con ellos citar los Ánades reales que son los salvajes, más coloridos y con unos 2000 años de antigüedad. Los blancos son los auténticamente domésticos.
La Anisoptera o comúnmente llamada libélula pertenece a los insectos con dos pares de alas transparentes y abdomen alargado. Viven exclusivamente en ríos, lagos o zonas húmedas.
Son muy beneficiosas dado que son inofensivas a los humanos y controlan la población de moscas. Como buenas predadoras tienen un ángulo de visión total y son muy rápidas en su vuelo (85 km/h) con un alcance de 12 metros ha su presa.
Su longevidad puede llegar a ser de 7 años y los diferentes colores las hacen muy atractivas a la vista. Lástima que fallase la compañía del cámara.
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