Estamos en octubre y es plena temporada de setas. Los micólogos se aventuran por los bosques y prados en busca de ellas siempre que la humedad y la lluvia sean propicias, condiciones indispensables para su recolección.
Grupos, parejas o solitarios rastrean bajo un tronco, entre ramas, hojas, hierbas... con el fin de encontrar ese hongo que luego será producto gastronómico u objeto de admiración.
Usadas antiguamente por lo chamanes de las tribus para colocarse e inducir una situación de trance, alimentos de animales como los osos (los más resistentes a ellas) o simplemente cumplir su función dentro del ciclo natural, en resumen diríamos que se dividen en 4 grupos: Las comestibles (concretamente las de alto interés gastronómico), las venenosas (cierto número de ellas son sicoactivas en bajas dosis sin llegar a producir intoxicación que puede ser de unos 40 gramos dependiendo de la clase), las alucinógenas y finalmente las que no producen efectos dañinos, pero por no contener sabor, no tienen interés comercial.
La seta es un hongo que puede alcanzar los 2 km de diámetro, incluso más y finalmente se exterioriza en lo que todos conocemos como seta con múltiples formas y colores. Tras ello explicar que donde hay una, hay más, así que sigue buscando porque las vas a encontrar, pero se ha dicho mucho sobre su reproducción a lo que aclarar que no hace falta nada más que el hongo que está bajo tierra no desaparezca y que las condiciones climáticas sean propicias entre la temporada de octubre a diciembre, a veces un poco más. Su salida se puede dar hasta tres veces en el mismo sitio pero donde ya ha salido, no va aparecer otra, tal vez a su lado.
Vamos a centrarnos en la Macro Lepiota Procera o vulgarmente conocida como parasol. Con un precio en mercado que oscila entre los 5 a 8 €, se ubica principalmente en prados y bajo ciertos árboles como los robles, nunca bajo pinos o eucaliptos. Tiene una alta producción y su gran visibilidad la hace fácil de localizar.
Su gran interés gastronómico y la única seta gemela, la Micro Lepiota Procera con la que se la puede confundir, la hace muy atractiva. Su competidora es tóxica afectando principalmente al hígado en indigestas sucesivas de la misma, dado que el organismo no es capaz de eliminarla. Se calcula que tras la tercera vez dependiendo de la cantidad y el organismo produce efectos irreversibles que pueden llegar a causar la muerte.
Pero la forma de distinguirlas es fácil. Si como veíamos en la primera fotografía a la hora de ver la luz el tronco en las Macro son anchos, con anillo y en forma de globo, la ausencia de anillo, tronco estrecho y copa alargada puede ser Micro. Si continuamos con la siguiente fotografía que se muestra, la forma de abrir la copa es siempre convexa regular, cualquier otra puede inducir a error.
Finalmente llega la etapa de recolección. Una vez que la copa está extendida desde los 15 cm hasta los 30 (anormalmente pueden llegar a los 40 cm) es el tamaño óptimo para que uno se la meta en el cesto y la cocine en cuanto pierda un poco la humedad si no está seca. Es ahí donde verdaderamente se diferencian las Micro y las Macro, mientras que las primeras alcanzan los 10 a 12 cm, las otras son el doble por lo que al medir la copa es lo que va realmente despejar las dudas y darnos la seguridad completa para su consumo, dado que el anillo se puede caer, pero una vez que llegue a los 14 cm es una Macro Lepiota Procera.
Esta seta presenta en el anverso láminas blancas que no desprenden ningún líquido en su corte, el tallo y la copa también es blanca con pinchas marrones y al secarse puede presentar manchas blanquecinas en la copa o un color marrón en las láminas (si es así a la hora de la recolección entonces tener cuidado porque puede estar pasada o faltarle humedad). Dichas pinchas marrones se pueden rasgar a la hora de cocinarlas y se cortan las láminas lo más separadas posibles. El tallo es comestible pero se aconseja despreciar y una recomendación es usar una plancha, gotas de aceite de oliva y vino de jerez, ajo bien picado y perejil. Procurar que no se apelmace y esperar a que cambie de color.
Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las... así que al final SI.
P.D: Un truco es extraerla entera, si la raíz está blanca y sin lombrices es que la seta está completamente sana. En la copa puede presentar agujeros o falta de láminas que pueden ser causados por mordiscos de otros animales. Por último os doy una zona donde la podéis encontrar: En Simou (Mugardos).
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